Este es mi pequeño diario de sentimientos, con el que día a día escribo lo que pienso para poder desahogarme, gracias por leerme. Un beso.

martes, 23 de agosto de 2011

Fuck.

Escribo esto porque he llegado a un punto en el que, para mí, nada tiene sentido. Estoy cansada de escuchar mierdas y mentiras de bocas sin ninguna credibilidad, cansada de toda esa gente que se las da de amigos y luego no son más que estorbos jodevidas.
Quiero ser feliz, quiero poder decir te quiero sin luego tener miedo de que me partan el corazón en millones de trocitos diminutos y que me cuesta la vida volver a unirlos, porque cada trozo por pequeño que sea duele como si me mataran millones de veces de la forma más dolorosa jamás pensada.
Y luego están todos esos llantos sentada en una esquina de mi habitación, encerrada entre estas cuatro putas paredes, sola, sin consuelo. Y lo único que puedo hacer es intentar llorar en silencio para que nadie me escuche y venga a decirme, para quedar bien, que qué me pasa, que todo se va a arreglar, que no vale la pena; pero a los cinco minutos se van dejado únicamente tras su marcha un puñado de palabras que se quedan flotando en el aire, que no valen nada, y eso hace que llore de rabia además de hacerlo por un amor que ha muerto, que no es correspondido, que está basado en una gran mentira; por dolor, por impotencia, por soledad, por nostalgia...
Pero, aparte de la música y este boli y estos folios, ¿qué me queda? ¿La cárcel que son estas cuatro paredes? ¿Todas las lágrimas derramadas y que derramaré? ¿O un puñado de mentiras y habladurías?...

lunes, 22 de agosto de 2011

Ningún lugar está lejos.

Y en medio del aquí y el ahora, ¿no crees que podríamos vernos un par de veces? ¿Puede la distancia realmente crear el olvido y separarnos de aquellos a los que de verdad queremos?, ¿de aquellos que merecen permanecer siempre en nuestra mente?
Pero, si de verdad quieres estar con ellos, ¿no te encuentras ya allí?
Lo importante es que tú sepas esa verdad, y recuerda que la verdad no deja de ser verdadera por el hecho de que se la desconozca; porque cuando llegue ese día, el día en que tú sepas esa verdad, descubrirás que las únicas cosas importantes son aquellas que están hechas de alegría y verdad, no de vidrio y hojalata.
Después de todo lo aprendido en este viaje he de decir que no puedo viajar para verte porque ya estoy contigo.
Y no eres pequeño/a, porque has crecido jugando entre tus sueños como lo hemos hecho todos, no tienes cumpleaños porque has vivido siempre, nunca naciste y nunca morirás.
Viaja libre y feliz por encima de la palabra siempre y nos encontraremos alguna que otra vez cuando así lo deseemos en medio de una celebración que nunca podrá terminar.